Este pueblo indígena habita en la
zona norte del Amazonas (entre Ecuador y Perú) y tiene como costumbre realizar
reducciones de cabezas. Los shuar creían que, cuando uno moría, el espíritu de
la persona se alojaba en su hijo o nieto, continuando con un nuevo ciclo vital.
Por eso consideraban que, mediante la reducción de cabezas, aprisionaban el espíritu
de sus enemigos para que no regresara a vengarse de su asesino.
Otros
estudiosos señalan que eran un trofeo y que, mientras más cabezas ostentara un
guerrero, mayor era su fuerza. Los shuar solo dejaban la piel después de quitar
el cráneo y retirar la carne interior; luego, la comenzaban a hervir, con lo
que reducían considerablemente su tamaño, y la llenaban de arena.
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